12% de los zarpes cancelados: impacto y perspectivas en la cadena logística

Entre el 15 de septiembre y el 19 de octubre se ha registrado la cancelación del 12% de los zarpes programados a nivel regional, una cifra que, aunque pueda parecer moderada, tiene implicaciones significativas para los actores del comercio internacional y para toda la cadena logística que depende del transporte marítimo.

En un contexto global caracterizado por la incertidumbre, la reducción de frecuencias y los ajustes en las rutas marítimas se convierten en un indicador de alerta temprana. En Grupo López Mena seguimos de cerca estos cambios porque sabemos que afectan directamente a la planificación, los costos y la confiabilidad de los flujos de importación y exportación en Ecuador y en la región andina.

¿Por qué se cancelan los zarpes?

La cancelación de zarpes no responde a un solo factor. Es el resultado de una combinación de variables globales y locales que, al confluir, generan un efecto dominó:

  1. Sobrecostos operativos: El aumento sostenido en el precio de los combustibles (acentuado en Ecuador por la eliminación del subsidio al diésel) ha obligado a varias navieras a revisar la rentabilidad de sus itinerarios.

  2. Ajustes en la demanda: La contracción en algunos mercados y la volatilidad de la demanda de contenedores han llevado a las líneas a consolidar cargas, reduciendo la frecuencia de salida.

  3. Factores climáticos y geopolíticos: El impacto del Fenómeno de El Niño en el Pacífico, sumado a restricciones en pasos estratégicos como el Canal de Panamá, también ha incidido en la programación de rutas.

  4. Estrategias de eficiencia: Muchas navieras prefieren cancelar un servicio poco rentable antes que mantenerlo con baja ocupación, lo que en la práctica significa que los embarcadores deben adaptarse a nuevas frecuencias o incluso a puertos alternativos.

Efectos inmediatos en la cadena logística

Un 12% menos de zarpes programados se traduce en consecuencias que tocan todas las etapas del proceso logístico:

  • Mayor congestión en los puertos de origen y destino: al reagruparse la carga en menos naves, aumenta la presión sobre las operaciones portuarias.

  • Retrasos en entregas: los tiempos de tránsito se extienden, lo que afecta la disponibilidad de insumos, materias primas y productos terminados.

  • Incremento de tarifas: la reducción de espacios disponibles suele empujar al alza los fletes marítimos.

  • Planificación compleja: los exportadores deben ajustar cronogramas de producción, y los importadores redibujar inventarios y proyecciones de abastecimiento.

Para un país como Ecuador, donde gran parte de las exportaciones dependen del banano, el camarón, las flores y el cacao, la puntualidad de los itinerarios marítimos es clave para preservar la competitividad en mercados internacionales.

Cómo enfrentar el escenario: el rol del operador logístico

En este contexto, los operadores logísticos como Grupo López Mena se convierten en socios estratégicos para la resiliencia empresarial. Nuestro trabajo no se limita a coordinar embarques; implica anticipar escenarios, gestionar alternativas y asegurar la continuidad operativa.

Algunas estrategias que recomendamos y aplicamos en nuestra gestión son:

  1. Planificación anticipada: coordinar reservas de espacio con suficiente antelación y mantener comunicación directa con las navieras.

  2. Diversificación de rutas y puertos: evaluar opciones en diferentes terminales portuarias de la región para evitar concentrar riesgos.

  3. Optimización multimodal: combinar transporte marítimo, aéreo y terrestre cuando la urgencia o la naturaleza de la carga lo exigen.

  4. Gestión documental eficiente: minimizar tiempos de despacho y aduana, evitando cualquier retraso atribuible a trámites.

  5. Monitoreo permanente: utilizar sistemas de trazabilidad para mantener a los clientes informados en tiempo real sobre el estado de sus operaciones.

Una coyuntura que exige visión a mediano plazo

Aunque el dato del 12% de cancelaciones se concentra en un periodo de apenas un mes, la tendencia evidencia la necesidad de repensar la logística global con una mirada de largo plazo.

Las empresas deben prepararse para operar en un entorno donde las disrupciones ya no son excepcionales, sino parte del día a día. El concepto de resiliencia, por tanto, no es un valor agregado: es un requisito básico para competir.

Desde nuestra perspectiva, este tipo de coyunturas refuerza la importancia de la integración tecnológica y la cooperación público-privada. La digitalización de procesos aduaneros, el uso de inteligencia artificial para prever riesgos y la inversión en infraestructura logística son componentes clave para amortiguar el impacto de estas disrupciones.

El compromiso de Grupo López Mena

Como operador logístico con más de tres décadas de experiencia, en Grupo López Mena hemos enfrentado escenarios de crisis, desde paralizaciones internas hasta emergencias internacionales. Nuestra fortaleza radica en adaptarnos rápidamente a los cambios, mantener un diálogo transparente con nuestros clientes y ofrecer soluciones que prioricen la seguridad, la eficiencia y la continuidad de la cadena de abastecimiento.

La cancelación del 12% de los zarpes es un recordatorio de que la logística global está en constante transformación. Por eso, nuestra misión es acompañar a las empresas con información clara, alternativas viables y un equipo humano comprometido en respaldar cada operación.

El comercio internacional enfrenta un nuevo desafío con la reducción temporal de zarpes. Aunque este fenómeno responde a causas estructurales y coyunturales, las empresas pueden mitigar su impacto con una estrategia logística inteligente, flexible y preventiva.

En Grupo López Mena, entendemos que cada embarque no es solo una carga, sino un compromiso con la competitividad de nuestros clientes y con el desarrollo económico del país. Por eso, seguimos trabajando para transformar la incertidumbre en oportunidades, reafirmando nuestro papel como aliados confiables en tiempos de cambio.